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La princesa de hielo


Alex Wijkner es encontrada por un vecino; desnuda dentro de la bañera con las venas de los brazos abiertas, el frío del lugar ha conservado su cuerpo casi congelado. Erica, escritora golpeada por la muerte reciente de sus padres, ve al vecino que la llama con desesperación para mostrarle el hallazgo. Ella reconoce el cadáver de su amiga de la infancia, aquella con la que compartió horas de vida y que desapareció de un día para el otro sin dar explicaciones, da aviso a la policía y así comienza la investigación por el aparente suicidio de Alex. 

Camilla Läckberg relata en tercera persona, los diferentes puntos de vista de los personajes que componen esta ficción policial que transcurre en el pueblo de Fjällbacka, en Suecia. Hay secretos, muchos secretos que van saliendo a la luz, dejando entrever la gran tela de araña en la que están inmersos. 

El libro comienza con todas las luces pero en la segunda parte decae, dado que deja el crimen de lado y se enfoca en sus protagonistas: Erica, la escritora soltera a la que los padres de Alex le piden escriba un memorándum sobre su hija y Patrik, el oficial de policía, enamorado de Erica desde la infancia, su esposa lo dejó por otro hombre y se siente solo. La historia de amor entre ellos no me convenció; la sentí muy plástica, muy de comedia romántica aburrida (quizás porque a mi este género no me simpatiza ya que me parece frívolo) en cambio, sí me pareció un acierto la sub trama de la hermana de Erica; Anna, quien sufre violencia de género a manos de su marido, un machista dominante y ególatra con todas las letras. 

Alrededor del caso, hay tres familias unidas por una tragedia secreta que se va develando poco a poco, sobretodo en la tercera y última parte. Considero que aquí la autora pudo haberse tomado más tiempo para desarrollar pero puso toda la carne al asador al final. Algo que suele suceder en este tipo de novelas; todo pasa muy rápido en las últimas páginas y la resolución suele ser abrupta, igualmente en este punto, cabe destacar que la revelación es impactante. Es lo mejor, sin dudas, de La princesa de hielo, estuve en shock varias horas porque no podía creerlo. Mi escena favorita ha sido cuando Patrik, sentado en el sillón de los padres de Alex, se entera de la verdad (bueno, una de las tantas) Lo sabrán cuando lo lean, eviten los spoilers.

 

“Con los años, el corazón se volvía menos elástico. Uno se implicaba más en las relaciones y las secuelas afectaban cada vez más a la autoestima.” 

 

Si les gusta el policial, Camilla Läckberg nos ofrece un paisaje frío, de hielo, por dentro y por fuera de los diferentes elementos que convergen en esta novela llena de oscuridad, dolor y secretos sucios.