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Una obsesión perversa


Eli Cardale y Victor Vale son compañeros de ciencia en la exclusiva universidad de Lockgart, ambos están preparando sus tesis cuando realizan un descubrimiento que literalmente acaba con sus vidas. Solo que después de morir, regresan... cambiados.

 

V.E. Schwab es el seudónimo de Victoria Schwab, la escritora dice haberse inspirado en las películas de superheroes, tan populares en nuestros días, con la salvedad de que estos héroes no tienen ningún tipo de altruismo o bondad, más bien sus poderes surgen de la competencia entre ellos, la envidia y la arrogancia. 

¡Exacto! Son villanos, solo que uno de ellos, Eli Cardale se ve a sí mismo como un héroe; cree que es un elegido de Dios que debe poner fin a los EO.

 

¿Quién son ellos? Personas con dones ExtraOrdinarios.

Lo que a mi me sorprende de la obra y lo que la hace muy entretenida es la forma en la que está ordenada. Pues Victoria ordenó los capítulos de manera tal que el primero ocurre en el presente y el segundo hace diez años, va y viene en el tiempo generando un interés continuo en donde la narración no decae nunca sino por el contrario te mantiene en vilo.

Los protagonistas tienen un lado oscuro y diabólico muy atractivo que hace que la historia se pueda disparar en cualquier dirección y hasta más de la mitad del libro, es difícil elegir un bando ya que las motivaciones de ambos son válidas. Los personajes que acompañan tanto a Victor como a Eli también están bien desarrollados y no caen en estereotipos predecibles. Ocurre que al igual que los protagonistas uno no sabe qué rumbo tomarán y si tener simpatía o no por ellos. 

 

Una obsesión perversa (Vicious es su título original) es la primera parte de una saga titulada "Villanos" ya convertida en un fenómeno alrededor del mundo, con lectores en todas partes (de hecho hay muy buenos fan art en Internet) 

A los que gustan del suspenso y de los personajes antihéroes y ambiguos, van a disfrutar esta novela. Personalmente me atrapó enseguida y no pude soltarla.

Ahora la pregunta que nos queda por hacer es: ¿De qué lado estas?