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El exorcista


Este clásico del terror que pasó a la inmortalidad gracias a su adaptación al cine en el año 1973 de la mano del director William Friedkin, es un libro que recomiendo enormemente tanto a los lectores amantes del horror como a los que gustan de una buena historia con mucho misterio y suspenso.

Confieso que le tenía idea al libro, temía que fuera muy cristiano con un fuerte mensaje sobre la fe en Dios y si bien esto esta presente, gran parte de la historia gira en torno a la psicología, al desdoblamiento de la personalidad y a intentar explicar desde lo psíquico el tema de la posesión. 

 

Chris McKneill es una actriz famosa de Hollywood que alquila una casa en Washington D.C. mientras filma una película. Allí convive con su hija Regan de doce años, su secretaria e institutriz de Regan; Sharon y el personal de asistencia, el matrimonio de Willie y Karl. 

Mientras Chris está ocupada pensando en su próximo proyecto como directora, Regan ademas de estudiar, pasa sus tardes en el sótano jugando con un tablero ouija. Ella le cuenta a su madre que habla con su amigo el Capitán Howdy. Su madre entiende que tiene un amigo imaginario, Regan no tiene amigos en el lugar y su padre se encuentra del otro lado del charco trabajando. El divorcio puede haberla afectado pero no lo manifiesta abiertamente. A raíz de estos acontecimientos y con mucha lentitud, la personalidad de Regan se ve alterada pasando de ser una niña dulce a un ser agresivo e iracundo. 

En paralelo conoceremos al jesuita Damian Karras que ademas es psiquiatra, al que le solicitan ayuda para conseguir entablar la identidad del posible profanador de iglesias en la zona. Estatuas de Cristo y la virgen María han aparecido pintadas con inscripciones grotescas. 

 

William Peter Blatty logra devanar el hilo de a poco, primero presentando a los personajes; sus vidas cotidianas, sus miedos y sueños, de esta manera esta información será empleada más adelante de manera convincente. Segundo prepara el terreno desde el principio, en Irak con el padre Merrin explorando una tumba, encontrándose con una estatuilla del demonio Pazuzu. Esto se pierde durante toda la novela hasta el último capítulo en donde toma relevancia. La cotidianidad en los detalles tanto en el accionar de los involucrados como en sus diálogos, logran que el lector se meta de lleno en la trama, aflorando el miedo ante los cambios que sacuden a Regan. Esto, a mi entender, es lo que transmite miedo, a cualquier persona le puede pasar. 

Hace mucho que no me sentía tan incomoda con un libro de terror, si bien renuncié al cristianismo hace muchos años, el hecho de que la fuerza antagónica sea el mal puro genera mucho malestar porque no hay otra que enfrentarse al conflicto. Acá no queda espacio para la justificación o el cambio de perspectiva o el debate. Es pura supervivencia y realmente la frustración ante la pérdida de control sobre las circunstancias es lo que provoca desconcierto y nerviosismo.

También como admiradora de la psicología me ha gustado mucho la investigación realizada por el autor, eso le ha dado carácter a la obra.

Los personajes secundarios tienen su parte importante como Karl o el detective William Kinderman, no son simple relleno, eso es un gran acierto porque da la sensación de que lo que sucede está por encima de todos ellos. 

Según lo que leí en diferentes portales, el autor se inspiró en un caso real acontecido en el año 1949 en la que un muchacho de 14 años había sufrido una posesión y posteriormente un exorcismo. 

Creer o reventar, esta novela es una joya que no pueden dejar de leer. 

 


Bio del autor

William Peter Blatty (Nueva York, 7 de enero de 1928-Bethesda, Maryland, 12 de enero de 2017) fue reconocido en vida por ser el autor de El exorcista y por ganar el premio Oscar y el Golden Globe al mejor guión adaptado de su propia novela. Ademas se desempeñó como director y productor de cine.