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Una cabeza llena de fantasmas


"¿El brote psicótico y el descenso a la esquizofrenia de mi hermana, retransmitido por televisión para todo el país, no fue lo bastante impactante?"


Meredith alias Merry decide contar a sus veintitrés años de edad, lo que recuerda de un episodio traumático de la infancia. ¿Su interlocutora? Una escritora que pondrá en palabras los acontecimientos que rodearon la extraña enfermedad o ¿posesión? de su hermana mayor, Marjorie (sí, me acordé de Taylor Swift) 

Además de los recuerdos en primera persona de Merry, el libro presenta un análisis como si fueran entradas de un blog en donde una periodista analiza el reality show al que accedieron los padres de las chicas para poder ganar unos mangos con la supuesta posesión demoniaca de Marjorie. 

Una cabeza llena de fantasmas no me pareció una novela de terror sino un drama desde la mirada de una nena de ocho años que atestigua el drástico cambio que atraviesa su hermana y cómo esto deteriora los vínculos familiares. 

El corazón de está ficción reside en la relación de las hermanas y en esos momentos íntimos de picardía infantil, que comparten. Por el contrario, la distancia emocional tanto con su madre como con su padre fanatico religioso, se acrecienta haciendo que la joven protagonista sólo confíe en la palabra de su hermana mayor. 

Paul Tremblay va sembrando pistas durante toda la narración, como si fueran piezas de un rompecabezas, hasta llegar al final y su gran revelación. 

Me hubiese sorprendido si no lo hubiera visto como un plagio adornado de Siempre hemos vivido en el castillo de Shirley Jackson. Hasta el apodo Merry me recordó de entrada a Merrycat. Fuera de eso y si no han leído a esta gran escritora, quizás les sorprenda el giro. 

Como curiosidad les cuento que Una cabeza llena de fantasmas ganó el premio Bram Stoker a mejor novela. Para tener en cuenta y hacerse una opinión propia.

 


Frases

"Quizá chocante sea un adjetivo muy fuerte, pero me parece adecuado. Que te sometas voluntaria u obsesivamente a revivir una y otra vez el horror de lo que sufriste cuando eras pequeña me resulta chocante."

 

"Este es uno de los rasgos más misóginos del programa: no sólo se nos pinta de imposible que una chica estúpida sepa lo mismo que el patriarcado (verbigracia: pasajes y versículos cristianos, obras canónicas de la literatura… todas ellas escritas por y para los hombres, por supuesto), sino que se nos conmina a temer activamente el hecho de que haya podido adquirir esos conocimientos por un método cualquiera. Con la misma pesadez que una porra, se nos machaca la cabeza con esta repugnante obsesión del cristianismo por los conocimientos prohibidos. He dicho porra, sí. Pero si hasta Marjorie pone cara de aburrimiento mientras recita sus sandeces dictadas por el patriarcado líneas de diálogo."

 

"Recuerdo haber pensado que todas esas historias empezaban igual que los clásicos cuentos de hadas que solían contarme papá y mamá, sólo que, en vez de brujas que encerraban a los niños en hornos y reinas malvadas que conjuraban manzanas envenenadas, los monstruos que sometían a sus familias a atrocidades inenarrables eran los padres y los maridos, y todas estas historias terminaban sin que nadie salvará a nadie. No existía la salvación. Me costaba creer que hubiera tantas historias parecidas y que la gente quisiera leerlas."