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Las doncellas


"No podemos beneficiarnos de la terapia si no nos sentimos seguros, y eso es lo que consiguen los límites. La terapia nos enseña esos límites."


Sinopsis

A sus treinta y seis años, Mariana intenta recuperarse de la pérdida de Sebastian, el gran amor de su vida, ahogado durante unas vacaciones en una isla griega. Ella trabaja en Londres como terapeuta, pero cuando su sobrina Zoe, la única familia que le queda, la llama desde Cambridge para contarle que Tara, su mejor amiga, ha sido brutalmente asesinada cerca de la residencia de estudiantes, decide acudir en su ayuda.

    Allí conoce a Fosca, un carismático profesor de Filología Clásica. El profesor mantiene un grupo de estudio con un número muy selecto de discípulas, todas hermosas y de familias elitistas, del que Tara formaba parte: las Doncellas. En el dormitorio de la joven, Mariana encuentra una postal con unos versos en griego clásico que exigen un sacrificio. Pronto los cadáveres de otras Doncellas irán apareciendo en el campus con los ojos arrancados y con una piña en la mano, y Mariana no solo deberá enfrentarse a la resolución de estos crímenes, sino a los fantasmas de su propio pasado.


Reseña

  "En cuanto vio aquel cuerpo cetrino y sin vida, supo que no era Sebastian. Aquello solo era una carcasa. Sebastian se había ido… Pero ¿adónde?"

Mariana atraviesa el duelo de su marido Sebastian, a quien amaba profundamente, mientras intenta retomar su vida trabajando como psicóloga en terapias de grupo. Cuando su sobrina, Zoe, la llama desde la universidad para contarle que su mejor amiga ha desaparecido al mismo tiempo que la policia ha descubierto el asesinato de una de las estudiantes, Mariana deja todo de lado y viaja para contener a su única familia. En el campus conoce al profesor Fosca, un estadounidense histriónico fanatico de la tragedia griega que tiene un grupo de estudiantes bastante peculiar a quienes apodan "las doncellas". Mariana intentará usar su conocimiento para dar con el asesino al mismo tiempo que empieza a vislumbrar luces en su propio pasado. 

 

Este thriller del mismo autor que La paciente silenciosa (novela con la que conecta directamente a través de su protagonista Theo Faber) me ha mantenido en vilo de principio a fin y no he adivinado quién es el asesino pese a que creí estar segura. Eso, con este tipo de libros, siempre es un punto a favor. 

Mariana es el único personaje que está bien desarrollado ya que como sucede con este tipo de ficciones, los demás suelen ser todos sospechosos hasta el final. El escritor emplea conceptos de psicología que están explícitos en la trama. Mariana no tiene familia y tuvo un padre afectivamente ausente, esto sumado al fallecimiento de su marido, repercuten cuando ocurre el asesinato de la estudiante. 

Los pasajes en griego que se vinculan con diferentes tragedias y la analogía que emplea el autor al usar el mito de Demeter y Persefone para hilvanar la tragedia personal de Mariana, le añaden puntos extras. 

El escenario en la universidad, las obras de arte, el otoño incipiente, hacen de esta obra literaria una pieza especialmente recomendable para los seguidores del movimiento de redes sociales conocido como dark academia. 

La pluma de Alex Michaelides es sencilla y por momentos resulta algo plana, sin embargo, los elementos utilizados generan un interés genuino. 

Las doncellas es una novela psicológica y detectivesca a la vez que nos hunde en las profundidades del hades, en donde aguarda el barquero para cruzar el río de los muertos. 


Frases

"El rito secreto de Eleusis nos ofrece precisamente la experiencia liminal de hallarse entre la vida y la muerte… y trascenderla. ¿En qué consistía este culto? Bien, Eleusis está relacionado con la historia de Perséfone, la Doncella, como era conocida: la diosa de la muerte, la reina del inframundo…"

 

"De esto es de lo que tratan todas esas antiguas tragedias griegas. De lo que significa ser humano. De lo que significa estar vivo. Y si se os pasa por alto cuando las leéis, si lo único que veis es un montón de palabras muertas, entonces no habréis entendido absolutamente nada."

 

 "Ruth decía siempre que el perdón no podía imponerse; se experimentaba de manera espontánea, era un acto de gracia que solo surgía cuando una persona estaba preparada."