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El hombre de tiza


Todo comienza en el verano del '86 cuando aparece el cuerpo sin vida de una joven cubierto de hojas secas. Está despedazado.

Alguien toma la cabeza y se la lleva.

 

Este thriller es la primera novela publicada de la escritora inglesa C.J. Tudor, quien entra por la puerta grande a la lista de los libros más vendidos.

La historia está narrada en dos líneas temporales 1986 y 2016 por el protagonista masculino Eddie Adams (se hace referencia a Los locos Adams porque vive en un caserón lúgubre) el verano de sus doce años y el presente en sus cuarenta y dos años respectivamente. Atravesado por la muerte, la pérdida de sus amigos, la tragedia y el hombre de tiza. 

¿Quién es el hombre de tiza? He aquí el misterio.

 

Al principio pensé que sería el clásico thriller del asesino serial, no es el caso. 

Con un lenguaje coloquial bastante burdo, algo que por momentos me sacaba de lugar, seguimos a la pandilla de Eddie; Gav, Toppo, Nicky y Mickey. Cada uno tiene su propia personalidad, Gav es el líder de clase social pudiente, malcriado, Nicky es fuerte aunque sufre violencia por parte de su padre el reverendo del lugar, Mickey es el pelón con un hermano bully (hay una escena de este tipo que me hizo revolver el estómago) y Toppo es el más pobre con una madre enferma. Estas características que en un principio parecen ser descripciones vagas de cada uno toman relevancia en la intrincada trama a medida que avanza la lectura. 

La narración en primera persona desde el raro Eddie nos hace cómplices a los lectores. A medio camino entre la mentira y la verdad, por momentos dudé de la veracidad de sus palabras. No te confíes, nada es lo que parece, son máximas que se repiten. 

Una de las diferencias sustanciales con otros thrillers es que está cargado de realismo, los móviles de sus personajes, lo circunstancial, el sistema de creencias. Esto también provocó que se me hiciera predecible la revelación final. 

Por momentos me recordó vagamente a Eso (It) de Stephen King, de hecho el escritor de Maine aparece en la portada recomendando su lectura.

Tiene algunas partes más terroríficas con un Eddie preso de sus propias pesadillas con los muertos. 

La forma de escribir de Tudor es muy dinámica logrando que el libro sea muy entretenido a pesar de que toca temas delicados como el aborto, las enfermedades mentales y los abusos sexuales. 

Habrá que seguirle la pista a esta escritora.